Confesiones de fin de año...

¡Que rápido paso el año!
¡Como crecimos!... incluso nos unimos...
Es todo tan extraño.

Sabes que tengo mis altibajos, pero nunca son sin razón...aunque a veces quiera ocultar las razones.
El viernes tuve un cumpleaños de un ser muy querido, disfrute el momento con gente que conozco desde hace tiempo, que me ha visto crecer, y yo a ellos,¿por que no?
Realmente la pase muy bien, charla va, charla viene...paso lo inevitable.
Ese momento en que todos te preguntan que vas a hacer, que va a pasar el año que viene.

Después salí con vos! la pasamos más que bien juntos, fue otra noche memorable como tantas de las que hemos vivido juntos.

Pero el subconsciente es mas fuerte, y el inconsciente lo hace notar.
Horas después me invadió un ataque de ansiedad y sencibilidad.
Todo porque me dijeron: - el año que viene vas a estar lejos, rodeada de gente nueva, te vas a olvidar...


Anoche leía en el libro que me regalaste, y el protagonista reflexionaba frente a su adultez:
"Mi infancia y mi adolescencia aún hacían destellos, pero yo era ahora un adulto, alguien que ya no confiaba en el más allá, debía instalarse en el más acá, gozar y sufrir en él, pagando el destino al contado y no como cuotas de un seguro de sobrevida. Cada vez el presente me conquistaba más. El pasado era una colección de presentes sellados; el futuro, una serie de presentes a emitir. La historia toda era un larguísimo, interminable presente".

Estamos comenzando a ser adultos, es verdad, me atrevería a decir que formaste parte de mi adolescencia y que de algún modo cruzamos juntos el umbral hacia la madurez propia del camino que nos espera.

Ahora nuestras incertidumbres son mas que las certezas, tenemos planes diferentes, pero el destino, el futuro, lo que la vida nos depare es otra cosa.

Uno elige hacer el camino, o dejar que el camino te encuentre.

No me importan las circunstancias futuras, yo se que quiero, yo te quiero, y mientras tenga energías y vos me lo permitas, espero seguir sellando presentes junto a vos.

Simplemente, irremplazable.

¡Qué risa me dio el otro día cuando me dijiste que te había reemplazado!

A simple vista es cierto, pero como yo sostengo que todo tiene una explicación e incluso no descanso hasta hallar las razones de ser de las cosas mas exóticas que se cruzan en mi camino, no podría dejar de darte una, aunque no me la pidas...

Como sabes, hace meses que "I'm on a diet".
Hacer dieta es la forma menos vertiginoza de deshacernos de todo lo que disfrutamos en algún momento pero luego comenzó a hacernos mal.
Siempre que comensas una dieta lo primero que te dicen es que suspendas el consumo de azúcar. Que lo reemplaces por edulcorante.
El edulcorante, o endulzante dietético las mejores de las veces tiene el mismo gusto del azúcar pero sabemos que no nos provee calorías.
Otras veces es un dulzor raro el que nos proporciona, pero en el fondo agradable.
Y sabiendo que no es lo mismo, lo consumimos, porque la melancolía golosa es así.

Ese tiempo que estuvimos distantes, tarde en asimilarlo.
Siempre miraba ese portaretrato y me preguntaba porque.
Primero lo di vuelta, después lo puse boca abajo, lo escondí, pero era inútil, tu imagen siempre estaría ahí.
Hasta que llego el día del despojo, ese en el que uno toma coraje para cortar de lleno con determinada situación, y me decidí a borrar la imagen de tu ojos sonrientes, junto a los mios.

Pero como uno nunca es tan valiente o estricto consigo mismo cuando tiene una herida abierta, la medicina se da suavemente, poco a poco.

Entonces no saque tu foto, simplemente puse una arriba, en la que si bien, vos no apareces corporalmente, espiritualmente estas más que presente.
Y el momento fue preciso, teniendote lejos te sentía cerca sabiendo que el ser que me acompaña en la foto nos inspiraba un sentimiento en común.

Estar a régimen es parte de la vida misma.
Digamos que la vida es un pomelo, nos gusta comer pomelo aunque sea ácido y amargo, entonces le echamos azúcar.
Cuando no podemos consumir azúcar, recurrimos al edulcorante sabiendo que no es lo mismo pero que al menos nos ayudara a pasar el sabor amargo. Quizá hasta nos hará recordar lo bien que pasábamos el pomelo con azúcar, entonces a eso, lo le llamo, melancolía golosa.

(eso te explicará el porque te negué la entrada a mi habitación numerosas veces)

Ya no estabas ahí, en el portaretrato, pero solo te reemplace para no reemplazarte, hice como que te olvide solo para recordarte.

¡Estamos perdidos!

Eso dije anoche.
Luego me retracté pensando - quiza solo yo estoy perdida. Pero es que... el concepto de perderse es tan amplio.

Lo busque en el diccionario como de costumbre, "dejar de tener o no hallar algo que se poseía" fue una de las tantas definiciones, y si... cuando uno se enamora cambia, pierde, gana, se transforma, nunca se vuelve a ser el mismo. Es como fundir dos metales para intentar hacer una sola pieza, sin ser un experto en la materia. Sabes que hay dos elementos ahí, con propiedades diferentes, pero se unieron, y aunque se separe en partes iguales, algo del otro quedará, nunca volvera a su estado original.

"Dicho de un recipiente: Dejar salir poco a poco su contenido." ¿Acaso somos un jarrón que acumula emociones hasta que nos desbordan?
El principio del amor suele ser así, a veces por orgullo, por temor, por razones de fuerza mayor olvidamos demostrar los sentimientos hasta que perdemos la postura inicial, y al demostrar todo lo que sentimos nos sentimos perdidos frente a la insertidumbre de lo que pueda suceder.

"No hallar camino ni salida" por que no se me da la gana... porque estoy perdida al "Amar mucho o con ciega pasión a alguien".

Cierto es que no me refería a casi nada de esto, o quizá a todo a la vez pero sin saber. 
Me siento perdida, porque literalmente podría perderme toda la vida con solo quedar mirandote, por ti mi oro y mi barco. Por momentos pienso en dejar todo de lado, porque no me imagino otra manera de ser feliz que no sea a tu lado.

No se trata solo de todo lo que hagamos, sino también de lo que dejaríamos de hacer, de lo que arriesgariamos a perder por estar con ese ser amado.

Por eso me siento perdida, las nubes suelen tapar ese faro que me ayuda a navegar.
También debo reconocer que me gusta naufragar por momentos, encandilada por el sol.

No se si soy clara, pero... ¿estoy perdida o estamos perdidos amor?